

Fría como el hierro
abrigada con su piel
había llegado el invierno
y quiso cobijarse en un café.
No pasó inadvertida
su presencia en el establecimiento
con sus tatuajes modernos
conquistó al camarero.
-Póngame un simple té
y en una jarra leche tibia
no se ruborice usted
aunque esté desnuda cuan Afrodita.
-Yo quise ser musa
y me hicieron estatua
me plantaron en una gris plaza
sin mediar excusa.
-Voy en busca de un artista
que me funda y me esculpa de nuevo
ya no quiero ser chica
me gustaría ser un huevo.
-Un huevito como los rusos
adornada con diamantes
que no tienen ningún uso
mas que hacer interesante
al que lo tiene en su salón
entre cuadros y estandartes.
-No se ría , por favor
no es extraño mi deseo
quiero huír de los obsesos
y adornar un sobrio salón.